Llegamos al Taller de Periodismo como todos los viernes pero estábamos con la incógnita de poder conocer algo más sobre ese personaje intrigante del colegio que siempre roba sonrisas y despierta simpatía en sus pasillos: “El Tito”.
Queríamos preguntarle desde su nombre (el cuál ningunos de los presentes conocía) hasta aspectos importantes de su vida.
Cuando más o menos tuvimos un cuestionario armado fuimos a buscarlo y en menos de cinco minutos estaba entre nosotros con el ánimo y humor que lo caracterizan.
Nos reveló que se llamaba Ramón Silva Gularte, “alias, El Tito” y enseguida se mandó una de sus salidas cuando le preguntamos su edad. “Uhuhuh viste que las mujeres no lo dicen, pero como yo soy buen hombrecito , puedo decir que tengo 70”.
Nos dijo que hace 30 años que trabaja en el colegio y que no tiene horarios. “Me quedo siempre hasta las 7 y si pasa algo me quedo más, soy medio masoquista”. Sin embargo, eso no nos alcanzaba queríamos saber también en dónde y con quién vivía.
“Esa es la pregunta más grande”, dijo y agregó “en LLupes y Ladines , vivo con una gatita”, mientras las risas se apoderaban del salón.
Nos contó que pasó su infancia en Tranqueras de Rivera y en Lomas de Tacuarembó. Se vino a Montevideo cuando todavía era “un bebé” a eso de los 15 o 16 años.
Tito tiene un hijo de 36 que esta viviendo en Miami. Al preguntarle que hacía durante los fines de semana se mandó otra de las suyas: “Ah es mortal, Paso con la gatita y comparto un rato con la familia”.
Sin resguardos y sin pensarlo demasiado admitió que sus vicios eran las mujeres y agregó entre risas contagiosas que de vez en cuando se mandaba alguna copita de vino “...Porque voy a mentir”.
Sabíamos que una persona con tantos años en el colegio podía ser una fuente inagotable de anécdotas curiosas y mucho más un personaje como Tito. Era inevitable pedirle que compartiera alguna.
“El episodio más grande que tuve fue cuando me mandaron limpiar los pies a Jesucristo. Le dije a Carminha que iva para allá y me preguntó: - Tito a donde vas? - Voy a bañar a Jesús. - Andáaa loc, me dijo. - Vos mirabas aquella cosa y era una imagen preciosa, pero parecía que se te iba a caer encima. Cuando se me resbaló pegué un grito de aaaaay Jesús!!!!!!. Luego se me le aparecí a Carminha con los ojos así (abrió los ojos bien abiertos) y le dije, - el loco está vivo, que susto! Fue un espectáculo”.
Lo que más me gusta de su trabajo son los niños y las amistades que mantiene dentro del colegio. “Ando acá adentro y parezco un loco. Nunca tuve un problema con algún chiquilín o chiquilina,...”
Sin embargo, Tito recordó que en un principio las cosas no fueron tan así y nos contó una anécdota que le pasó con un estudiante en sus primeros años de trabajo.
“Me acuerdo un hijo de la madre en los baños de acá abajo...Me puso un balde con agua en la puerta, y yo entré y sass... me iba a agarrar a piñasos pero dije al que pesque lo mato!....
Al final cuando le preguntamos de qué cuadro era nos contestó: - “Del más grande” y después uno de nosotros no tardó en descifrar que trataba de Peñarol. Sin embargo, más que el fútbol a Tito le gustan las carreras de caballos, ya que cuando era niños tenía alguno.
- ¿Qué más quieren de mi? preguntó Tito cuando ya dábamos por terminada la entrevista. Una vez más, nos demostraba que estaba con nosotros con la mayor disposición para ayudarnos en nuestra tarea del momento.
Queríamos preguntarle desde su nombre (el cuál ningunos de los presentes conocía) hasta aspectos importantes de su vida.
Cuando más o menos tuvimos un cuestionario armado fuimos a buscarlo y en menos de cinco minutos estaba entre nosotros con el ánimo y humor que lo caracterizan.
Nos reveló que se llamaba Ramón Silva Gularte, “alias, El Tito” y enseguida se mandó una de sus salidas cuando le preguntamos su edad. “Uhuhuh viste que las mujeres no lo dicen, pero como yo soy buen hombrecito , puedo decir que tengo 70”.
Nos dijo que hace 30 años que trabaja en el colegio y que no tiene horarios. “Me quedo siempre hasta las 7 y si pasa algo me quedo más, soy medio masoquista”. Sin embargo, eso no nos alcanzaba queríamos saber también en dónde y con quién vivía.
“Esa es la pregunta más grande”, dijo y agregó “en LLupes y Ladines , vivo con una gatita”, mientras las risas se apoderaban del salón.
Nos contó que pasó su infancia en Tranqueras de Rivera y en Lomas de Tacuarembó. Se vino a Montevideo cuando todavía era “un bebé” a eso de los 15 o 16 años.
Tito tiene un hijo de 36 que esta viviendo en Miami. Al preguntarle que hacía durante los fines de semana se mandó otra de las suyas: “Ah es mortal, Paso con la gatita y comparto un rato con la familia”.
Sin resguardos y sin pensarlo demasiado admitió que sus vicios eran las mujeres y agregó entre risas contagiosas que de vez en cuando se mandaba alguna copita de vino “...Porque voy a mentir”.
Sabíamos que una persona con tantos años en el colegio podía ser una fuente inagotable de anécdotas curiosas y mucho más un personaje como Tito. Era inevitable pedirle que compartiera alguna.
“El episodio más grande que tuve fue cuando me mandaron limpiar los pies a Jesucristo. Le dije a Carminha que iva para allá y me preguntó: - Tito a donde vas? - Voy a bañar a Jesús. - Andáaa loc, me dijo. - Vos mirabas aquella cosa y era una imagen preciosa, pero parecía que se te iba a caer encima. Cuando se me resbaló pegué un grito de aaaaay Jesús!!!!!!. Luego se me le aparecí a Carminha con los ojos así (abrió los ojos bien abiertos) y le dije, - el loco está vivo, que susto! Fue un espectáculo”.
Lo que más me gusta de su trabajo son los niños y las amistades que mantiene dentro del colegio. “Ando acá adentro y parezco un loco. Nunca tuve un problema con algún chiquilín o chiquilina,...”
Sin embargo, Tito recordó que en un principio las cosas no fueron tan así y nos contó una anécdota que le pasó con un estudiante en sus primeros años de trabajo.
“Me acuerdo un hijo de la madre en los baños de acá abajo...Me puso un balde con agua en la puerta, y yo entré y sass... me iba a agarrar a piñasos pero dije al que pesque lo mato!....
Al final cuando le preguntamos de qué cuadro era nos contestó: - “Del más grande” y después uno de nosotros no tardó en descifrar que trataba de Peñarol. Sin embargo, más que el fútbol a Tito le gustan las carreras de caballos, ya que cuando era niños tenía alguno.
- ¿Qué más quieren de mi? preguntó Tito cuando ya dábamos por terminada la entrevista. Una vez más, nos demostraba que estaba con nosotros con la mayor disposición para ayudarnos en nuestra tarea del momento.
Gonzalo Gabriel
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